La colección de la cuna a la luna está dirigido a niños de 0 a 3 años, para quienes se han diseñado especialmente estos pictogramas poéticos o poegramas; un término acuñado para designar una nueva forma de poesía pictográfica, basado en la búsqueda de un ritmo de lectura que ayuda a «educar el ojo, y suavizar el oído», el pequeño jugador, como explica Antonio Rubio.Por su parte, Oscar Villán -Premio Nacional de Ilustración 1999 – se desarrolla la propuesta estética de estos cinco libros. Su trabajo es totalmente hecho a mano, con trazos de pincel y los tonos de color, claramente visible, hasta el punto de que las texturas casi no se sentía. La imagen se destaca contra un fondo claro; el diseño es simple y reconocible, con el toque personal de Villán.