El decrépito director general de la T. I. A. ha decidido jubilarse y en la oficina se desató una lucha feroz para sucederle. Mortadelo y Filemón tendrán que lidiar con ella, y por el secretario de Ophelia, la joven y atractiva, Irma, y el extravagante profesor bacterio, por no hablar de los jóvenes y los más emprendedores de la agente Giliflautez. La batalla entre todo lo que es inútil, ya que el director general ya ha decidido su inesperado y sorprendente de sustitución.