En la década de los años sesenta, Luis Gurriarán, un joven misionero, recién salido del seminario, llega a Guatemala con la tarea de la evangelización de un pueblo de indígenas mayas. De la jefatura, la increíble miseria y la explotación brutal de los nativos, quitar la fe, que comenzará a recorrer el camino de la cristiandad, utópico, social. En la guerra fría, al oeste del eje se ha empeñado en la búsqueda de la subversión en América latina, la labor evangelizadora de los misioneros a menudo ha sido el centro de atención. A pesar de los problemas y tensiones, la alianza -no muy a menudo – la Iglesia con los pobres, dio como resultado de una lenta evolución hacia el progreso de las comunidades en las que están instalados. Entre el periodismo y la narrativa histórica, este libro rompe el silencio sobre la guerra más sangrienta y menos conocido en estados unidos, en el momento en que nos permite entender tanto la Teología de la Liberación y los movimientos guerrilleros de américa central en el siglo XX. El testimonio del misionero español, quien informó a las naciones unidas, así como Rigoberta Menchú, de guatemala el gobierno de Ríos Montt en 1982, ha revisado los cuarenta años de la historia de las cartas, fotografías, grabaciones, documentos, y decenas de conversaciones con su sobrino y el autor de la obra, Carlos Santos.