El hambre es un recorrido poético de adelante hacia atrás, lleno de reflexiones, de aprendizaje y de la sensibilidad. Un río contra la corriente, que fluye en un torrente a los picos más altos. Nach escribió, impulsado por una devoradora de emociones y experiencias que parecen calmarse un vacío en el interior. Por lo tanto, por una pelea, un viaje por sí mismo con una sensación de hambre, que se utiliza como combustible para la vida, porque el hambre nos mueve, nos hace la grasa y nos alimenta.

En el Hambre, Nach reúne sus poemas, más libre, más sincero, compuestos de cuatro años, y los que pasan de esta manera, tan simple y complejo, a la que llamamos vida.

AVISO
Escribo poesía,
pero cuando no estoy escribiendo,
Me parece a ninguna
al menos como alguien que escribe poesía.