La historia personal, lleno de emoción y amor, dos artistas contemporáneos de primer nivel, los pintores, Lucio Muñoz y Amalia Avia, visto a través de los ojos de su hijo. «En este libro, hablo de los que fueron mis padres y de cómo era mi vida con ellos. Uno debe escribir lo que saben, para compartir, honestamente, para ser capaz de, el mejor de la historia que llevan dentro. En este tiempo, fue mi historia más bella, la de mis padres, de mi origen. «Siempre he creído que una buena parte que he terminado la pintura. Mis padres eran artistas, y ellos se reunieron y cayó en amor con la pintura. En nuestra casa y en nuestra vida familiar de la pintura en todas partes. Había un espacio para los artistas y un espacio para los padres o para los niños. Era todos los estados. Éramos los niños de la pintura. «Me pasé tardes enteras a verlos trabajar en sus estudios, fascinado por el aspecto plástico y la artesanía de su comercio. Me encantó tener a sus padres tan diferente de mis amigos de la escuela y dejar el aura que le rodeaba en su obra de la creación, con el reconocimiento de que empecé a descubrir que había, me envuelve, también para mí, como si el hecho de ser el hijo de ellos es un mérito mío. Yo amaba y admiraba a mis padres, con sus personalidades tan diferentes y tan único, y yo quería quedarme todo el tiempo en su fabuloso mundo de los artistas, de las conversaciones y las demandas políticas, cenas, viajes, exposiciones de aquí y de allá. «En el día de su muerte, mi padre, en 1998, y mi madre, en 2011, descubrí que no estaba hecho de la pintura. La muerte no era el de los artistas, sino para las personas. El artista sobrevive, lo soporta todo, pero el niño que se había perdido a sus padres. Este libro intenta volver a estas personas y compartir con los demás.»
Rodrigo Muñoz Avia la crítica ha dicho sobre el autor y sus obras:
«El Cactus, además de un viaje iniciático a una tierra prometida, […] es el descubrimiento, co