Después de que el terror de la experiencia revolucionaria de la primera República francesa, y después de que el despotismo en nombre de la gente de Napoleón, Benjamin Constant (1767-1830) fue entregado a una posición de defensa del valor de la monarquía constitucional como un instrumento para la protección de la libertad. «La libertad de los modernos» (1819) es una de las capitales de las obras del liberalismo político, y aún conserva plena vigencia y efecto en su bicentenario. Para Constant, la libertad que es importante para hormigón moderno en el disfrute de nuestra individualidad, en la forma de derechos para establecer una reserva privada, donde nuestra soberanía no puede ser herido sin que nos sentimos disminuidos, algo que es esencial para la vida. La protección de estos derechos es el propósito principal de nuestras instituciones políticas y de la representación política y la participación política no son considerados como vehículos para la expresión de un sujeto colectivo, sino más bien como un mecanismo de control que permite al gobierno, para proteger la libertad.

Introducción y traducción de Ángel Rivero