De abril y Xalaquia tienen mucho en común. Los dos sólo dieciséis años de edad. Ambos quieren ser dueños de su futuro. Y los dos están en el punto de partida para ver cómo cambia su vida para siempre. Sólo separa el tiempo y el espacio: el de Tenochtitlan en el siglo XVI hasta el siglo XXI, Madrid. Dos mundos en los que los dos estarán obligados a llevar a cabo, en compañía de sus amigos, un viaje arriesgado. Dos rutas a través de la magia y el misterio que comparten los mismos última pregunta, el de la identidad. Y tal vez la respuesta tiene que ver con la verdad oculta detrás de sus nombres. O con la necesidad que se siente de abril y Xalaquia quemar el cielo con su deseo de ser. Del ser de todas las cosas… Y a ser ahora.