«Fue en Toledo, la capital de los godos, un palacio que fue cerrado, un espacio sagrado en el que nadie, ni siquiera el rey puede entrar. Cada nuevo rey godo añadido una nueva cerradura de la puerta, pero ninguno se atrevió a abrirlo porque la tradición afirma que él iba a perder el reino. Don Rodrigo ha desafiado el tabú, rompieron los candados y entró en el palacio. A continuación, los musulmanes conquistaron la Península.
Cuando los invasores llegaron al palacio, se encuentra en el interior de un tesoro de joyas es hermoso, entre ellos, un espejo mágico, grande y redondo que hizo Salomón, hijo de David. Es a la vez un espejo y una mesa, ya que se suministra con cinco patas. La miró en el espejo, podía ver en él la imagen de los siete climas del Universo.»